Los problemas de vista en niños y primeros signos en bebés son frecuentemente motivo de consultas a los pediatras. Es lógico que a los padres les preocupe saber si sus bebés ven bien en las primeras etapas de su vida.

¿Cómo saber si mi hijo tiene Estrabismo?

Llamamos ESTRABISMO a cualquier desviación anormal de un ojo o de ambos en alguna de las posiciones de la mirada. Impide dirigir la mirada de los ojos sobre un mismo objeto y comporta una alteración de la visión binocular.

En ocasiones, uno de los ojos es el dominante y el otro se desvía, pero también puede ocurrir que exista alternancia ocular, es decir, que a ratos se mire con el ojo derecho (desviando el izquierdo) y a ratos, con el izquierdo (desviando el derecho).

Se puede observar en niños que padecen esta alteración visual, los siguientes síntomas:

•  Los movimientos oculares son anormales y la desviación puede variar según se mire en visión lejana, intermedia o cercana.
• Puede aparecer incluso después de la infancia. Una caída, traumatismo craneoencefálico, estrés, cansancio, ciertas patologías o enfermedades degenerativas puede descompensar el sistema visual.
• La desviación puede ocurrir hacia fuera, dentro, arriba o abajo.

Importante: Los niños pequeños, hasta los dos meses, pueden desviar uno o los dos ojos de forma intermitente y ocasional y no tratarse de un estrabismo verdadero.

¿Por qué se produce el estrabismo?

Esta patología puede deberse a varias causas. Entre los más frecuentes son:

• Un mal control del alineamiento ocular por parte del cerebro.
• La asociación con un defecto refractivo, el más común es la hipermetropía.
• Existen otras causas menos frecuentes pero más graves que el oftalmólogo deberá descartar.

Puede aparecer en cualquier momento de la vida del niño. En muchas ocasiones, se manifiesta de forma aguda en la infancia, relacionándose en algunos casos con un cuadro de malestar general (como un resfriado o una gripe) o de estrés emocional (por ejemplo, a raíz de una separación de los padres o de un cambio de colegio).

Los adultos pueden tener estrabismos latentes o controlados que pueden descompensarse al asociarse a situaciones de estrés físico o mental.

Si se diagnostica que existe un verdadero Estrabismo ¿Cómo puedo tratarlo?

Uno de los métodos no invasivos para tratar el estrabismo es realizar terapia visual con un óptico-optometrista especializado en esta área. El estrabismo se puede tratar a cualquier edad, pero es cierto, que cuando antes se detecte, mucho mejor, ya que el padecer estrabismo puede estar causando problemas de rendimiento académico y deportivo en los niños.

En el tratamiento del estrabismo podemos distinguir dos aspectos fundamentales:

El primero de ellos es la corrección del defecto refractivo: hipermetropía, miopía y astigmatismo para alcanzar la mejor agudeza visual. En el caso de ambliopía o ojo vago, posiblemente, ni con la mejor corrección en gafa o lentes de contacto llegará a tener una buena agudeza visual, con lo que recomendamos terapia visual para poder alcanzar el 100% de visión.

El segundo aspecto es el tratamiento quirúrgico. La corrección quirúrgica se recomienda en los estrabismos congénitos y en otros casos si la desviación es muy llamativa y permanente, pero siempre bajo el criterio del oftalmológico, en estos casos la terapia visual está indicada antes y después de la cirugía, para que el caso sea exitoso.

En cuanto se detecta el problema, hay que actuar, ya que supone un beneficio enorme para el niño, tanto para su educación como para su vida.

A continuación detallamos una serie de signos y síntomas relevantes  que puedes encontrar en personas con estrabismo y/o ambliopía:

• Problemas de aprendizaje causados por un problema visual
• Bajo rendimiento laboral o escolar
• Bajo rendimiento en la lectura
• Dolor de cabeza.
• Visión borrosa o doble.
• Es incapaz de ver objetos de lejos.
• Desviación de uno o dos ojos (estrabismo).
• Ojo vago (ambliopía).
• Se acerca mucho para leer o escribir y/o adopta malas posturas.
• Parpadea excesivamente.
• Fotofobia (molestia a la luz).
• Pérdida de equilibrio y caídas frecuentes.
• Exceso movimiento de cabeza al leer.
• Se frota los ojos.
• Se tapa/guiña un ojo al leer.

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