Una de cada cinco personas sufre dermatitis atópica. Según las estadísticas, el 90% de los casos se da antes de los cinco años. A veces, esta enfermedad desaparece en la pubertad, sin embargo, entre un 40 y un 50% de quienes la padecen la mantienen siendo adultos.
La dermatitis atópica también es conocida con el nombre de eczema atópico. Se caracteriza con manifestaciones cutáneas recurrentes.
La dermatitis atópica es una enfermedad hereditaria caracterizada por la piel seca, con presencia de eczema (similar a una alergia) que conlleva a un sarpullido con comezón, inflamación, picores, placas rojas sobre la piel, ampollas y descamación según el grado de atopia (leve, moderada o severa).
Según los expertos, está considerada un trastorno crónico de la piel, no infeccioso ni contagioso en ningún caso para el resto de la familia, Esta enfermedad es considerada la más habitual en la infancia aunque también es posible que aparezca a cualquier edad.
Como detectar se se tiene una piel atópica
- La piel es más sensible a las agresiones de agentes químicos, físicos y emocionales.
- Las pieles presentan xerosis o piel seca y su composición lipídica (niveles de moléculas orgánicas) es anormal, tienen carencias de ceramidas.
- Lo más característico es que el prurito (irritación u hormigueo) se presenta con mucha facilidad, con lo que hace que te rasques, se inflame e infecte, que va produciendo un deterioro de la piel. El sudor es un factor esencial para la aparición del prurito.
- La persona suele tener una piel pálida causada por un estrechamiento de un vaso sanguíneo, llamado también vasoconstricción periférica.
Brotes atópicos
Los brotes de dermatitis atópica pueden estar desencadenados por diferentes factores:
- según la estación. En verano, la piel se encuentra mejor (rojeces aislados, piel algo seca, leve picor). En primavera y otoño y cuando se producen cambios bruscos de temperatura, es cuando suelen aparecer los brotes.
- irritantes, infecciones, factores psicológicos, alergenos ambientales como los ácaros del polvo, pólenes de plantas, cloruro de cobalto, lana, epitelio de animales (caspa), mezcla de fragancias, etc.
Síntomas de piel atópica más comunes
- Los picores y escozores intensos.
- Ampollas que pueden formar costras,
- Enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las ampollas.
- Las zonas de la piel seca y escamada.
- Erupción cutánea.
- El desorden en la pigmentación mostrando tonos inferiores o superiores al normal.
- La excoriación (piel en carne viva) debido al rascado.
- El sangrado y el pus.
- En niños menores de 2 años, las lesiones de la piel empiezan en las mejillas, los codos o las rodillas.
- En los adultos, aparece sobretodo en las superficies internas de las rodillas y los codos.
Consejos para ayudar a tratar la atopía.
- Elegir ropa de algodón y lino, incluso la de la cama pues facilita la transpiración.
- Al lavar la ropa, evitar el uso de suavizantes y lejías.
- El calzado debe ser de piel o tela, con buena ventilación y los calcetines de algodón o lino.
- Intentar prolongar la lactancia materna ya que fortalece el sistema inmunológico del bebe y evita rechazos alimentarios.
- Evitar el consumo de leche de vaca, huevos, trigo, pescado, cuando ha empeorado la enfermedad.
- No comer embutidos, chocolates ni comidas con colorantes.
- Preferible ducharse antes de baños prolongados.
- No emplear manoplas ni esponjas de baño, evitando la fricción de la piel.
- Los jabones de mala calidad no utilizarlos.
- El secado debe de ser suave, sin frotar con la toalla.
- Mantener las uñas cortas y limpias para evitar daños si se rasca e infecciones.
- El estrés emocional empeora toda la sintomatología.
- Finalmente, a la hora del baño, se debe usar geles sobregrasos con un PH 5.5 o fisiológico y cuando la piel está húmeda, una crema emoliente específica (aporte de lípidos) como podéis encontrar a continuación en Parafarmacia Online Endofarma.
